En un Oscuro Cybercafe de Berlin, 23 horas, Hemisferio Norte; Planeta: La Tierra
Volvamos a vernos. Es lo que le dije hace unas horas a un extravagante cronista costarricense (también cubría el evento para un matutino de "Trinidá y Tabaco" me dijo, cubriéndome la cara con el humo de su habano; lo primero que divisé tras la cortina de humo fue su par de dientes dorados como el sol del mediodía) llamado Román "The Man" Calderón. Pronto tendrán más noticias suyas. Mientras tanto (sigamos, como en folletín) supongo que el negro Orozco está sentando en sus rodillas alguna prostituta albanesa (ayer trajimos al hotel a una trabajadora sexual sólo por el hecho de que manifestó conocer a Kempes; no obstante tenía buenas tetas, duras, aseguró el negro; yo no probé, estoy por casarme con una simpática entrenadora física). Teodoro, que lee este blog, me advirtió que detrás de todo esa intención de escribir para pasar a la historia que había en mi posteo anterior podía llegar a encontrar una idea (él; yo no estaría tan seguro). No dejó de señalarme de que sin un método, era difícil construir teoría. Balbucié. "Lo mio es impresionista", mientras no sea impresionante me dijo. Después se fue. Quiere conocer Frankfurt. Hace unos dias que me dice que el futbol no le gusta; que dejó de ser lo que era (¿Cuando? antes del mundial del Uruguay, asegura sin fruncir el ceño; ¿después? impurezas, envilecimiento del cuerpo y del alma). No puedo estar de acuerdo. Hagamos teoría, para complacerlo; la camiseta: esencia, último refugio de la simbología nacional, de la tradición; espacio último para equivalentizar al fútbol con una batalla. En el 90, nuestra selección jugaba por la camiseta porque no tenía fútbol; selección vistosa para algún aciago demiurgo (acaso Bilardo) actuó perfecto para Héroes II; para tematizar: el paso del documental (Heroes) a la ficción (Heroes II). It's Over. Ya están los 23 tipos que nos van a representar, que sea lo que Dios quiera y no quiera. Baldo, está recorriendo las librerias. Yo, recorro su libro. Si al menos es un artista mediocre (un mediocre, me dijo Teodoro, si es un mediocre no es artista, sentenció) alguna clave para entenderlo debe estar cristalizada en el libro que me regaló. Supongo, por ahora, que es cierta inocencia. A pesar de su tema, es un libro "candoroso". Lo iluminé con mi resaltador buscando alguna parrafito para introducir aquí (el profesor de composición de la EAECS me dijo que así -de esta manera- quedaba diez puntos; recuerdo haber entregado un resumen del partido que Flandria le ganó a Cambaceres por tres o cuatro goles, con una cita de Eugenio de Cambaceres "sin rumbo, como un gaucho sin su china"; por supuesto, no aprobé). Acaso este que les voy a reproducir les diga algo:
"Perón miraba extasiado por la claraboya de la nave espacial. Globuck&/2fa134, el alienígena que leía su pensamiento (el del general) mediante la telekinesis -un arte que había hiperdesarrollado el lóbulo frontal del cerebro de los venusinos otorgándoles una cráneo desmesurado- podía transmitir claramente a sus congéneres lo que el anciano estadista en este momento pergeñaba: "una vez que lleguemos a la Argentina, me deshago de estos cabezones de una vez por todas; los muchachos de la Confederación deben tener algo preparado para mi llegada". Los demás alienígenas contemplaban desesperanzados a Globuck&/2fa134. No recibían más quie información contradictoria. Hace unos minutos, ese mismo hombrecito que miraba senero, las constelaciones estelares, había pensado en una alianza entre alienigenas, la burocracia sindical y los peronistas troskystas de Abelardo Ramos; los venusinos, por su parte, comentaban entre ellos que o bien el general había comprendido que le leían el pensamiento y por ese motivo trataba de confundirlos o, algo peor, aquel hombre les leía el pensamiento a ellos."
Habrá que seguir leyendo. De cualquier manera, la trama me intriga.
Nos volvimos a ver, después de todo.
Al diablo todo lo demás
Aleluya