La Racha Diabólica

Blog sobre (hacia) el Mundial

miércoles, mayo 10, 2006

Hotel Parsifal, 22 horas, Berlin, Hemisferio Norte, Planeta: La Tierra

Alguna vez deberíamos hablar de futbol. Ojala sea ésta la oportunidad, de deslizar, sin interrumpirme, unas pocas ideas. ¿Por donde empezamos?. Acaso la pregunta que me hago ahora es la siguiente: ¿cuándo se dejó de jugar por la camiseta? Adhiero a una postura: el mundial de Estados Unidos es el fin de la representación; del jugar arrastrado por una tradición, una historia, una idosincracia nacional; en fin, una esencia. Argentina, país rico en paradojas, habría acabado con una esencia futobilistica un mundial antes (Italia 90); curiosidad: en ese certámen la Argentina fue el reflejo de la caída de los grandes discursos; primer equipo posmoderno. El lirismo criollo de años ha sustentaba un desempeño decadente; aún así, podían ser Heroes (II); paradigma del aguante de la década (el aguante como paradigma de la década) nuestro team reflejaba la ruina de un país subdesarrollado que podía perder -que estaba al mismo nivel- con africanos (una vez tuvimos el mismo riesgo país que Nigeria, aseguraba Antonio Laje). Aún así, o por estos motivos, se jugó por la camiseta. Porque no había mucho más que eso: camiseta. Lo demás eran esfuerzos denodados por sacar la pelota de nuestro lado. Ya no estabamos lejos de la ficción: Fue un equipo dramático. De cualquier manera se jugaba la argentinidad, mejor dicho, estaba en juego la argentinidad. Ese equipo, abre las preguntas sobre la esencia; equipo límite en todo caso. En el '94 la otra cara: Argentina como la última apuesta al lirismo; un equipo fuera de época, extemporáneo; todos los otros equipos juegan como la Argentina del '90 (acaso el peor Brasil de la historia). ¿Se jugó por la camiseta? Quizás; como los estudiantes franceses que gritaban en las barricadas "no pasarán" (fascitas) al mismo tiempo que eran catalizados por el sistema, los jugadores argentinos hubieran representado a nuestro país si la camiseta era la nuestra y no la de mastercard -el fascismo ya había pasado, ese era el problema-. El 98, el triunfo de la Pyme; del lobby; firmamos el divorcio con la selección nacional; miramos a la selección como a una ex-mujer. Hubo tiempos mejores. Dije que iba a hablar de futbol, ja.